En el año 2008 se registraron más de 500.000 denuncias por parte de familias, asociaciones de ayuda y, en muy pocos casos, las propias víctimas. Mujeres blancas, negras e indostaníes, de diferentes procedencias, han sufrido estos abusos sin que los tribunales hayan intervenido en su favor.
La práctica de forzamiento para “curar” la homosexualidad no es exclusiva de la República Sudafricana. Algunos países la utilizan habitualmente, y un número cada vez más elevado de clínicas psiquiátricas en todo el mundo aplica electrochoques para “curar” a los hombres gay. Lo sorprendente del informe de ActionAid es lo indiscriminado de estas agresiones, por un lado, y la impunidad jurídica con que actúan los agresores, por otro.
Sudáfrica fue uno de los primeros países africanos que reconoció los derechos civiles de gays y lesbianas, con la caída del Apartheid. Hasta la llegada de este informe, las noticias sobre este colectivo sudafricano solían venir ligadas a experiencias positivas. En este contexto, saber que sólo en Ciudad del Cabo se registran diez nuevas violaciones a la semana, fuera de los antiguos ghettos, de los núcleos de marginación y droga, y sin poder achacarlo a la excusa racial o religiosa, ha supuesto un shock entre los grupos de apoyo de todo el mundo.
ActionAid ha organizado una campaña de e-mails para que las violaciones a mujeres lesbianas sean consideradas Crímenes de Odio.
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